Lo que aparentemente significó un gesto de diplomacia heroica promovido por el embajador mexicano, de cuyo nombre no quiero acordarme, exhibe precisamente la irreflexión y la ignorancia que prevalece en la mayoría de las decisiones de los funcionarios que llegan a posiciones importantes en el servicio diplomático, sin el mínimo entrenamiento en tan importante carrera.
Antes de haberse rasgado las vestiduras y comenzar a promover un encono nacional acompañado de los más mexicanísimos insultos hacia los ingleses, nuestro imberbe diplomático debió haber sabido que la denostación a los mexicanos fue una respuesta a la aparición en el mercado automovilístico de un carro deportivo producto de la ingeniería mexicana. Pero el embajador panista optó por amarrarnos navajas en lugar de haber investigado a fondo el contexto de la burla de que fuimos objeto los mexicanos.
Lejos de investigar a que se debió la burla, el embajador envió los clips del programa a todos los medios de comunicación del país para que los despistados se le fueran a la yugular a la BBC y a los tres conductores cuyo trabajo, viéndolo bien, es equiparable al de los comediantes que aquí en México hacen programas que desde que amanece, mal educan al pueblo con comentarios sin contexto, sin sentido, llenos de insultos, empujones, frivolidad y majaderías de mal gusto, sin que autoridad alguna los reprenda.
Ni el embajador mexicano ni los que ciegamente reaccionaron indignados, preguntaron cuál podría haber sido la razón por la que en un programa de televisión de la BBC nos exhibieran como flojos, dormilones y nopaleros.
De hacerlo, se hubieran enterado que la referencia a los mexicanos provino de una obvia incomodidad de la industria automovilística inglesa luego de que salió a la venta el nuevo carro deportivo mexicano, MASTRETTA MXT.
Digno de admirarse, obra maestra y uno de los proyectos más ambiciosos de MEXICO, este carrito diseñado y producido por un grupo de ingenieros y empresarios mexicanos que iniciaron su aventura en 1987, compite ni más ni menos que con el automóvil deportivo inglés LOTUS ELISE en prácticamente todos los aspectos.
Ignorante y desentendido no solo de la diplomacia, sino de las prácticas comerciales más elementales, nuestro embajador desconocía que la aparición en el mercado del mexicanísimo MASTRETTA molestó a los fabricantes del convertible inglés de dos plazas LOTUS ELISE, concebido en 1994 llevando el nombre de la nieta del presidente de la compañía.
Cualquier persona sensata con un mínimo de conocimiento empresarial, sabe que todo producto nuevo en el mercado, molesta, incomoda y genera guerras comerciales como por ejemplo, la de la prestadora de servicios de cable, telefonía e internet YOO, contra TELMEX.
Pero ni modo, en vez de hacer gala de la ironía y el sarcasmo que todo diplomático debe manejar con doctoral sapiencia, el ex policía, hoy diplomático por decreto, nos puso a pelear mediáticamente con los ingleses al grado de exigirle una disculpa a la BBC.
Alguien le debe comentar al presidente Calderón que no basta que tenga la necesidad de proteger a sus cuates enviándolos a representar a México al otro lado del océano, sino que hay que buscar perfiles de embajadores que entiendan que su misión no es hacer de las guerras comerciales innecesarios escándalos que, esos sí, pongan en riesgo la relación binacional.
En lugar de reaccionar orgulloso porque nuestro MASTRETTA le pisó los callos al LOTUS ELISE, nuestro embajador reaccionó con un infantil pataleo que desdoró la función diplomática.
Ahora que… pensándolo bien, ya que hablamos de perfiles, si tiene la piel tan sensible, el congreso federal debería solicitar que el mismo sujeto que se espanta con un comentario frívolo de tres payasos, nos represente en Naciones Unidas o en Washington que es donde prácticas verdaderamente asimétricas tienen aval y origen.
Quisiéramos verlo reclamándole a Napolitano porqué razón avientan a los deportados por Reynosa como lo hacen. Ese sí, es tema para la tribuna más alta de la nación y pie para armar un escándalo global de derechos humanos.
A ver si de EUA, México recibiría un comunicado con disculpas como el que decentemente, de acuerdo a su tradición de caballeros, presentó la BBC a sugerencia del Parlamento Inglés.
En adelante, la idiosincrasia del lugar a donde son enviados, será lo primero que nuestros embajadores deberán revisar, para no volver a aparecer como caprichosos defensores de una imagen que la verdad, no tenemos.
En todo caso debemos llamar a cuentas al embajador porque no ha sabido promover la buena imagen de México en Inglaterra, ni porque Chicharito juega con el Manchester. Ese sí debe sentirse orgulloso de despertar siendo mexicano.
Lo del MASTRETTA, no pasa de que pisó al LOTUS… y mañana pone!
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