lunes, 31 de octubre de 2011

RUMBO Y NIVEL...

Los destellos son instantes de iluminación que nos permiten ver con claridad lo que hay a nuestro alrededor. Entonces, si entre los más recientes destellos de inteligencia emocional colectiva los mexicanos hemos puesto atención especial en el rumbo que lleva el país, lógico sería esperar que en un subsecuente destello se toque el tema de los niveles sociales.

Si gracias al primer destello los mexicanos estamos ante la gran oportunidad de consolidar un rumbo, porque no pensar de una vez en prepararnos para hacer ajustes necesarios para colocar a cada quien en su lugar.

Siendo este sexenio en el que más se ha acentuado la diferencia entre las clases sociales, solo puedo decir que México acortaría esas distancias si todos focalizamos a la educación de calidad, como prioridad nacional.

Y no me refiero a la educación en las aulas, sino a la que se vierte desde los pódiums donde políticos carentes de solidez doctrinaria, exhiben debilidades intelectuales extremas.

Si nos imaginamos la pirámide social de finales de siglo, la base se encontraba en la parte inferior, sin embargo, los errores itinerantes de los líderes sociales y económicos, provocaron que esa misma pirámide se encuentre hoy invertida, convirtiendo a las elites gobernantes y financieras, en receptoras obligadas del despertar de las masas.

De ahí que la pobreza intelectual de algunos políticos de todo el orbe, represente un gran obstáculo para satisfacer las necesidades que exigen las nuevas sociedades del siglo XXI.

Esa impericia perceptiva de algunos políticos, creámoslo o no, impacta en la transformación de la sociedad en su conjunto porque niños, jóvenes y adultos están viendo en los medios, su insolvencia operativa.

La ciudadanía global que durante mucho tiempo no se preocupó en identificar a los actores políticos, hoy no solamente los cuestiona, sino que condena por igual a los partidos políticos a que pertenecen.

Hoy, esa ciudadanía se ubica en la parte superior de la pirámide invertida y ya dejó de ser un sustantivo de discurso. Lo grave es, que algunos políticos aun no se han dado cuenta.

En el caso de México, la ciudadanía no está esperando la elección presidencial para emitir un voto. La gente va a emitir una sentencia. Esa galopante masa popular que para los improvisados de la derecha es amorfa, ya cuenta con herramientas de conectividad inimaginables.

Y si ve con buenos ojos la oferta de rumbo, también exige que la clase política entienda que los niveles ya intercambiaron posición.

La sociedad participativa observa con mirada rigorista y censura que los partidos políticos impulsen hombres y mujeres solo por la urgente necesidad de llenar espacios o para complacer a grupos de intereses que nada han hecho para favorecerla.

La inmadurez intelectual de los políticos ya no pasará inadvertida y la fatiga emocional de la gente ya no aguantará otra estructura gubernamental federal tan llena de improvisados como la actual.

La decepción, el hartazgo y la insatisfacción ciudadana, que con justa razón señala a los partidos como responsables directos de las equivocaciones de los hombres y mujeres que hoy ocupan cargos de preeminencia, llegaron a su límite.

Ya no se admitirá que con el pretexto de que son personas llenas de buena voluntad, los inexpertos ocupen cargos públicos. Y si hay un endurecimiento en la forma en que la ciudadanía está juzgando a los partidos, éstos deben cuidar que quien ascienda a una posición, cuente con trayectoria suficiente para enfrentar las complicaciones y los retos propios del quehacer que se le asigne.

En la pirámide invertida, los gobiernos del nuevo milenio ya no aguantan improvisaciones, así que, o pasan por alto los apellidos, las alcurnias y los intereses de grupos, o deberán resignarse a deshacerse de los políticos improvisados cada vez que la ciudadanía se los exija con marchas y plantones.

Para muestra, las sociedades europeas y para preocuparse, la nueva actitud occidental donde la ineptitud ya no se maquilla ni con espectaculares con caras y colores, ni discursos vacíos de doctrina.

Curioso, pero mientras el fracaso bisexenal del “cambio” y del “empleo”, sirvieron para que la ciudadanía aprendiera que los slogans no aseguran el futuro, los líderes políticos y financieros allegados al PAN no tomaron conciencia que la pirámide social de hoy, los ubicaba en la parte inferior.

Ahora solo resta asegurarnos que en el próximo sexenio, el rumbo de la pirámide social invertida quede en manos experimentadas y sabedoras que su nivel está, abajo, muy por abajo, de la nueva voluntad ciudadana.

martes, 11 de octubre de 2011

ECONOMIA Y PAZ...

Dos renglones que los gobiernos de Estados Unidos y México han torcido sin querer, son respectivamente la economía y la paz.

En consecuencia, surgieron oportunidades sui generis para que los habitantes de ambos pueblos se fusionen anímicamente con inusitada actitud solidaria.


Ancestralmente doblegado por la superioridad económica del vecino del norte, el país azteca ha sufrido laceraciones almáticas colectivas que van desde el arrebatamiento del territorio, discriminación racial, invasiones en el siglo XIX y recientemente el flagrante intervencionismo que cínicamente soslaya el gobierno federal.


Otrora recipiendario de caravanas y sumisión global; acostumbrado a triangular opiniones a través de la Organización de Naciones Unidas; avasallante en sus determinaciones expansivas y desconocedor de los límites geográficos cuando sus intereses van de por medio, el gigante vecino, hoy se tambalea.


A Estados Unidos aparentemente también le ha llegado un tiempo adverso, resultado inequívoco de las contradicciones internas que vive una sociedad engrandecida por su cotización, pero devaluada por su proceder.


La ruta histórica que compartimos con Estados Unidos ha tenido aristas difíciles de conllevar, pero gracias a la inteligencia emocional de los cancilleres del siglo pasado, el respeto mutuo no se había quebrantado hasta los niveles de impunidad que hoy se asoman en materia de introducción ilegal de armas a México.


De la misma manera, los niveles de la discrecionalidad aduanera de los últimos 10 años, salpican de estiércol cualquier discurso expiatorio que se pronuncie ya sea en Los Pinos o en Tlatelolco.


Pero tuvo que pasar, que las calificaciones financieras emitidas por prestigiados expertos disminuyeran el rango crediticio de la cuna del capitalismo, para que se creara una situación de desequilibrio emocional en los mercados bursátiles que a su vez, invadió la conciencia nacional norteamericana y a partir de ahí, el término “volatilidad” se ha convertido en el vocablo de moda mundial para referir que de la fortaleza económica estadounidense, solo queda el recuerdo.


Mientras tanto, al sur del Rio Bravo, la masificación del miedo astutamente diseñada por el gobierno federal en vía de conservar el poder en las próximas elecciones presidenciales, despertó un sentimiento de supervivencia en las clases alta y media alta, que no estaba en el catalogo de riesgos del plan Calderoniano.


Lo que pasó no tiene parangón. La política errada de pretender acabar con la delincuencia mediante operativos insensibles a la inocencia circunstancial, orillaron a los empresarios mexicanos del noreste de México a buscar un refugio próximo a sus propiedades que les permitiera continuar manejando sus negocios desde un clima de paz.


Si, se fueron a Estados Unidos con todo y familia. Actualmente despachan desde territorio estadounidense, ya que la omisión de una política seria de combate a los delitos contra la salud por parte del gobierno federal panista, convirtió a todo el país, en una cuerda floja sin red de protección para quienes tengan un negocio, transiten en carreteras, asistan a un juego de futbol, se diviertan en un casino o caminen en el campus de una universidad privada.


El punto de inflexión de este modesto análisis se centra entonces en que la gente que habita en ambos lados de la frontera, ya descubrió que sus vecinos tienen algo que no hay en su propio país.


Los mexicanos cuyo gobierno federal ha propiciado la ruptura de la paz, la encuentran en ciudades fronterizas de los Estados Unidos; y los norteamericanos de cualquier origen étnico que viven la histeria colectiva del derrumbamiento económico de su país, ya entendieron que esos mexicanos que están llegando, a diferencia de los que eternamente han sido humillados a causa de ir en pos del “sueño americano”, llevan harto dinero, ganas de invertir y son por el momento, su único sustento virtual a la mano.


Entonces, este análisis se abre a la luz pública con la finalidad de que entendamos el gran significado que tiene para los gobiernos, la lección histórica de haber descansado erróneamente sus decisiones, en enfoques de beneficio cupular.


Esa gama intermedia de ciudadanos mexicanos que nada le piden al gobierno -en sus tres órdenes- porque su condición económica le permite refutar y censurar discursos sin el temor de ser borrados de las listas de entrega mensual de despensas, ya se va. Mejor dicho, ya se fue.


Y para el segmento estadounidense que habita en las proximidades de la frontera con México en Texas, nuestros paisanos emigrantes representan el recurso circunstancial más valioso para mantener viva una nueva productividad binacional. Esa, que el gobierno mexicano actual no supo incluir ni en su absurda aventura bélica, ni en sus programas de innovación económica.


Así que economía y paz, han dado a luz una nueva generación de eficacia emocional solidaria.

sábado, 24 de septiembre de 2011

TIEMPO DE CULPAR A OTROS...

Que incómodo debe resultar para los seguidores de la doctrina derechista, haber cometido tantos errores presidenciables durante 11 años y verse obligados por las circunstancias, a culpar a otros. Veamos porqué.

Antes de enviar a nuestro Glorioso Ejercito Mexicano, a la Armada de México y a la Fuerza Aérea a la guerra contra quien aun no estaba localizado de manera táctica, debieron haberse realizado en la Procuraduría General de la Republica, la prueba de confianza, la profesionalización, la modernización y el llamado a la coordinación “Federación-Estados-Municipios”.

Antes de levantar la voz en contra de los Estados Unidos para culparlo de la sangre derramada en calles, carreteras, escuelas, universidades y recientemente hasta en casinos, debieron haber taponeado las aduanas mexicanas, cubierto el espacio aéreo mexicano y realizado la reunión de procuración de justicia que apenas hace unos días hicieron en Boca del Rio, Veracruz.

Antes de instalar retenes en las afueras de los estadios de futbol llenos de familias, debieron haber capacitado e instruido a los Policías Federales que ante un escenario que pone en riesgo a las personas inocentes, hay que ordenar “alto al fuego”.

Antes de depositar una corona de hojas sin flores en el casino incendiado en Monterrey, debieron haberles exigido a los Secretarios de Gobernación –desde el primer día del sexenio- que fueran íntegros en el manejo de la Ley de Juegos y Sorteos.

Antes de mirar con disimulo el éxodo de los mexicanos que se fueron a vivir a los Estados Unidos porque allá además de poder invertir legalmente también pueden disfrutar de tranquilidad en las calles, debieron haber puesto atención en la vida fronteriza y pensar en las consecuencias económicas que traería la guerra que nadie les pidió.

Antes de declarar que el Banco de México no intervendrá en el mercado cambiario, debieron saber que precisamente el gobierno que hoy mal conducen, es el responsable de hacer hasta el último esfuerzo por estabilizar el mercado interno, para darle certeza a los inversionistas nacionales y extranjeros y así proteger al público ahorrador de los efectos nocivos de la especulación.

Antes de quedarse con los brazos cruzados mientras la frontera se vacía de capitales y queda destrozada la confianza en nuestra moneda, debieron tener un plan de fomento fronterizo y otro de emergencia nacional, dedicados ambos al crecimiento económico y a la conservación del bienestar de los empresarios y ciudadanos de clase media, media baja, pobres y en pobreza extrema.

En concreto, era en el 2000 cuando debieron abrir espacio para la planeación reflexiva. Hoy, es demasiado tarde para parchar dos sexenios de pifias llenos de desaseo y desdoro institucional.

Culpar al PRI y a Enrique Pena Nieto de haber frenado las reformas estructurales que no supieron cabildear ninguno de sus secretarios de gobernación de manera republicana, es muy fácil.

Culpar al PRI de endeudamiento irresponsable, es la manera más cómoda de ocultar que precisamente el candidato preferido de Calderón, Ernesto Cordero, fue el responsable de orillar a gobernadores y a alcaldes priistas a pedir prestado mediante la perversa estrategia de retenerles las participaciones federales.

La cantaleta moralista de los últimos días, basada en que los malos son los culpables del caos en que se encuentra hundido el país, tiene aristas rescatables para un análisis particular; sin embargo diremos aquí, que en esa temática discursiva se encuentra escondido un sentimiento de culpa del presidente porque quizás ya se dio cuenta que haber decidido solito y su alma el inicio de su guerra, fue un error de consecuencias de lesa humanidad.

Realizar las tareas de la Procuraduría General de la Republica con personal de las fuerzas armadas, trajo a final del sexenio, una consecuencia inédita y penosa en la vida republicana.

Se contrapuntearon el poder judicial y el poder ejecutivo, debido a que este ultimo en lugar de propiciar acuerdos y compromisos respetuosos de eficiencia mutua, sin recato alguno culpó a los jueces de las complicaciones procedimentales.

Que diéramos los mexicanos, porque el reciente reacomodo del gabinete presidencial hubiera sido por razones de una búsqueda de mejoramiento en el desempeño gubernamental.

Se reconozca o no, los ciudadanos entendemos que la razón de fondo fue la urgente necesidad de enviar al ex secretario de Hacienda a recorrer el país culpando al PRI de la situación que guarda el país a consecuencia de los errores panistas.

En estos momentos en que la nación ya está sufriendo consecuencias severas de la mala actuación gubernamental de la federación, al PAN le llegó el tiempo de culpar a otros.

PRUEBAS?
1.-    
2.- 
3.-

5.- ESPECIALMENTE ESTA, MUEVE A RISA. 
http://www.eluniversal.com.mx/notas/800207.html

 































POR LOS QUE SE FUERON...


En medio de la desesperación colectiva provocada en todo el país de manera ilógica por el gobierno federal mexicano a causa de su poco inteligente modo de intentar el desmantelamiento de la delincuencia mediante escenarios urbanos y rurales que lejos de cumplir con el utópico objetivo alteraron la paz y la tranquilidad de la ciudadanía en general, surgió un éxodo de mexicanos muy entendible, y que bajo la lente del análisis social, podría catalogarse como un acto de supervivencia. Veamos porqué.

Para quienes habitan la región fronteriza, es bien sabido que en un radio de 150 millas la economía de los condados norteamericanos vecinos a Tamaulipas se han visto beneficiados históricamente por el consumo de bienes y servicios que realizan los visitantes mexicanos.

Los “malls”, los hoteles, los restaurantes y sus gigantescos estacionamientos planeados desde finales de los 70’s para hacer cómoda la visita de los mexicanos durante los “puentes” y las temporadas vacacionales, ya no son suficientes, porque hay miles de ellos que ya se quedaron allá.

Las construcciones de vivienda conocidas en México como colonias y que en Texas reciben el nombre de Subdivisiones, han crecido de manera exponencial y la verdad es que hoy en día albergan a familias enteras de mexicanos de clase media alta y alta, que aun habiendo entrado legalmente, permanecen allá de manera ilegal debido a que regresar a su lugar de origen les provoca miedo. Esos, son los ricos.

Los jodidos, se quedaron. Esos no cuentan ni con la visa lasser tan siquiera para ir de compras. Esos tienen que masticar su orgullo y tragar saliva con bilis porque tienen que seguir lidiando con esa vida cotidiana que Felipe Calderón esconde hábilmente detrás de cada amenazante discurso triunfalista.

Rota que ha sido la diplomacia discursiva elemental que caracterizó a los presidentes mexicanos del siglo pasado que sabían reclamar con clase y sin sorna las asimetrías binacionales, los discursos de Felipe Calderón en Naciones Unidas y en Los Ángeles han colocado a la nación mexicana en un predicamento de pronóstico reservado.

Equivocado estuvo el asesor que le hizo los discursos al presidente de México sin prever que aun cuando la economía estadounidense se encuentre en situación de riesgo global, los analistas de la Casa Blanca y sus servicios de inteligencia -que allá si funcionan- aunque sea con el rabillo del ojo, siempre están vigilando que nadie se pase de listo y menos, que se mofe de las acciones gubernamentales, por equivocadas que estas sean.

A los fronterizos, lejos de hacerles gracia los desplantes retadores y burlones de Calderón en contra de los Estados Unidos, les confirma que no tiene idea de lo que significa vivir en la frontera norte.

Ignora que aún cuando los fronterizos cuenten con visa lasser, al cruzar viven la pesadilla de ser tratados de manera humillante en las casetas de revisión de documentos cuando las preguntas de los oficiales se tornan altivas e inapropiadas.

Ignora que los campesinos de la frontera tamaulipeca que viven más allá de la garita de revisión aduanal ubicada en el kilometro 22 de la carretera Reynosa-Victoria, estuvieron olvidados en el propósito de reubicar dicho puesto de revisión.

Pero quizás no todo sea ignorancia. Probablemente las fronteras no gozaron de la atención presidencial en esta administración federal, porque tienen gobiernos estatales y municipales que provienen del partido al que los panistas quieren desaparecer de la faz de la tierra.

Y no vayamos muy lejos, el director de la Comisión Nacional del Agua que ahora aparece acompañando a Cordero en todos sus mítines, dejó esperando a Reynosa 12 millones de pesos de pagos por daños al sistema de drenaje que se colapsó a causa del irresponsable manejo de los niveles de las presas por parte de la CNA, antes de que llegara el Huracán Charly en 2010.

Otra muestra de insensibilidad es que al inicio del año lectivo 2011-2012, le faltaban maestros en Reynosa y oh! sorpresa, el presidente de la republica anunció en su discurso del 2 de septiembre, que todo México tiene cobertura universal en educación primaria.

A final de cuentas, nuestro “error país” en este sexenio, fue la falta de una metodología incluyente, previsora y patriota para gobernar. Así de sintética es la apreciación ciudadana, que aunque parezca simplista, lleva una dosis de buena voluntad basada yo creo, en la esperanza de que a través de la elección de 2012, nos reencontremos con un gobierno federal que sí tome en consideración a las fronteras.

Porque todo indica que la peculiar configuración de las ciudades fronterizas es inédita para quien condujo un sexenio plagado de inexactitudes decisorias. Tarde es para recordarle que desde Tijuana hasta Matamoros, había mexicanos esperanzados en que se les tomara en cuenta.

Olvidadas que fueron las políticas públicas federales dirigidas a las zonas fronterizas, los que se fueron a vivir a Texas, no lo hicieron solamente por la inseguridad. En su aventura va implícita su vocación de comerciantes y consecuentemente la búsqueda de oportunidades que la federación lamentablemente no supo presentarles como eje de una estrategia económica nacionalista y sustentable.

Se acabó el sexenio y no hubo una autoridad federal que reuniera a los agentes aduanales con los transportistas, con la finalidad de perfeccionar la empobrecida logística fronteriza que a diario frena la optimización del tiempo; nadie con mando y autoridad suficiente en el gabinete federal ha notado que los empresarios fronterizos mexicanos pudieran obtener beneficios operativos sobresalientes si se impone una metodología sin conflictos viales en la zona de jurisdicción federal de los puentes internacionales.

Basta usarlos –me refiero a los puentes- para descubrir que no existe la más mínima intención de la federación por ofrecer un escenario digno en la entrada o en la salida del país; indigna ver cómo las mujeres que cruzan solas conduciendo un automóvil, son acosadas por decenas de malvivientes que con el pretexto de limpiar el vidrio de los autos, les exigen una dadiva.

No faltará un ultraderechista que alegue que es preferible que CAPUFE los tenga ahí reunidos y a cuota, a que anden por toda la ciudad haciendo averías, pero para quienes opinen así, hay una respuesta ya muy trillada que tiene que ver con el presidente del empleo, proveniente del PAN.

Al final, no queda otra que rezar por los que se fueron. Ojala algún día México les pueda ofrecer la paz que sus familias necesitan aquí en la frontera, de acá de este lado.

domingo, 11 de septiembre de 2011

MONTERREY EN 3D

La reciente visita del Dalai Lama a Monterrey tiene que ser analizada bajo una óptica 3D, veamos por qué.

Porque teniendo una efigie guadalupana en el seno del Rio Santa Catarina, miles de los regiomontanos que desde hace mucho tiempo han sido reflejo de la inclinación del pueblo de México al catolicismo, optaron por ir a escuchar la predicación de un budista.


Y es que la desesperación de los habitantes de la ciudad tradicionalmente considerada como cabecera industrial de la nación es mucha, a causa de las terribles consecuencias de una guerra que el presidente de la republica inició sin consentimiento de la sociedad bajo el pretexto de ir contra lo que inicialmente llamó el narco y hoy con mesura sigilosa denomina suavemente, “delincuencia organizada”.


En paralelismo con su liderazgo empresarial, la ciudad que alberga la universidad privada de mayor prestigio en América latina, el ITESM, ha dado ejemplo de estoicismo desde los 70’s cuando su estabilidad social se vio amenazada por movimientos de izquierda que inclusive, cobraron la vida del fundador del Tec de Monterrey, Eugenio Garza Sada.


Generadora de importantes contiendas políticas entre la derecha, el centro y la izquierda, la sultana del norte siempre se ha mantenido erguida en medio de los contrastes sociales reflejados paradójicamente en las altas bardas de las mansiones de la colonia Santa Bárbara y los techos de cartón del popular barrio del Topo Chico. Recordemos que Alberto Anaya, actual líder nacional del PT, surgió del movimiento denominado Tierra y Libertad.


Recipiendaria de la cohabitación partidista de sus gobiernos municipal y estatal, la ciudad de Monterrey ha demostrado que independientemente de la alternancia en el poder, su productividad y empleo pueden mantenerse con índices elevados, porque no es de las doctrinas partidistas de donde proviene su empuje, sino del espíritu colectivo de superación.


Compleja y difícil de entender, la política en Monterrey puede inclinarse hacia la cromática política que sea, sin que su gente deje de ser productiva y particularmente ejemplar en su interés de privilegiar la educación superior.


De ahí que desde el día en que dos estudiantes fueron abatidos en el seno del campus del ITESM, Monterrey ingresó al submundo creado por la mente que sin pedirle permiso a nadie, ordenó fuego en calles, carreteras y escuelas para que murieran indistintamente transgresores de la ley y gente de bien.


A partir de ese día, los regios han doblado sus rodillas hasta el cansancio, pidiendo según su fe cristiana, que regrese la calma y la tranquilidad, mediante oraciones, veladoras, derramando llanto frente a las tumbas de los inocentes, oficiando misas y colocando crespones negros en los sitios donde la ausencia de inteligencia acribilló inocentes.


Como si no hubiera sido suficiente su aportación de sangre inocente en las estadísticas nacionales que arrojan ya 50 mil muertos en cinco años de persecución irracional, hace unos días Monterrey perdió 52 vidas más a consecuencia de una cadena de anarquía administrativa que irrefutablemente se inició en la dirección de juegos y sorteos de la secretaría de gobernación y que terminó en una despiadada acción incendiaria.


A raíz de esta vergonzante ilación de discrecionalidad gubernamental, las calles de Monterrey tuvieron que recibir una vez más a un presidente de México.


Solo que esta ocasión, nadie le dijo al presidente en su cara el sentir de la iniciativa privada como en los 70’s lo hizo valientemente el Lic. Margáin Sozaya mirando de frente a Luis Echeverría en el Panteón del Carmen aquella tarde lluviosa durante el funeral de Don Eugenio.


En aquel severo discurso, los industriales de Monterrey dieron a conocer a voz en cuello, sus sentimientos y juicios valorativos de la gestión federal; hoy, Felipe Calderón se enteró del sentir de la Iniciativa Privada regia, por medio de la síntesis de prensa que a diario le llevan a su escritorio de Los Pinos, si es que la leyó.


Lo que siguió fueron veladoras con imágenes de santos y de vírgenes colocadas en la banqueta del lugar del incendio; en los cuatro puntos cardinales se ofrecían misas; las congregaciones evangélicas oraban; pero todo encuadrado mayormente, en la fe de Cristo, que desde siempre han profesado los regiomontanos.


Días después, quizás desesperados y confundidos ante la metamorfosis regresiva de belicismo, miles de regiomontanos recurrieron al Dalai Lama para escuchar su mensaje, buscando en el, satisfacer una necesidad espiritual.


Y mientras los regios abrían un canal emergente de comunicación espiritual hasta con el budismo, que dicho sea de paso, a diferencia del cristianismo, no acepta que el hombre haya sido creado por Dios, la elite gubernamental panista planeaba la ceremonia con la que reorganizaría el gabinete a fin de enfrentar las elecciones del 2012 con Cordero como candidato presidencial.


He ahí, que en las prioridades presidenciales no hay ni habrá espacio para promover la paz y la tranquilidad; para la derecha en el poder federal lo urgente es fabricar su impunidad transexenal.


Creíble o no, a estas alturas de insatisfacción ciudadana, los panistas ya deben estar conscientes que su errónea conducción del país ha trastocado al menos, tres dimensiones sustantivas de la vida nacional y Monterrey es un ejemplo claro de ello:


primera, la tranquilidad en sus calles, sus carreteras y sus centros de estudios;


segunda, el trabajo de sacerdotes católicos y pastores evangélicos que con asombro vieron cómo miles de sus feligreses y congregados, son orillados por las circunstancias sociales, a buscar ayuda espiritual hasta en la prédica de un budista;


y tercera, las relaciones diplomáticas, debido a que el gobierno de China solicitó oportunamente a México que no se llevara a cabo el encuentro entre Calderón y el Dalai Lama, advirtiendo que de hacerlo, se estarían afectando las relaciones entre ambos países.


Paz, fe y diplomacia, son las tres dimensiones de la vida nacional mas severamente dañadas en este sexenio.

jueves, 1 de septiembre de 2011

NO LE BUSQUEN MUCHO...

Corría el año de 1985 cuando empresarios mexicanos interesados en poner en funcionamiento un casino en Acapulco, salieron de las oficinas de Manuel Bartlett con cajas destempladas.


La decisión del gobierno de la republica había sido un rotundo no.


El proyecto ejecutivo fincaba con habilidad magistral, que lo que se buscaba era generar turismo y fomentar el empleo.


En aquellos días, el decoro republicano aun no daba el brinco al cinismo de hoy, debido a que la conciencia gubernamental guardaba en sí, una gran proporción de respeto a la soberanía y a los valores morales. La negativa argumentaba que la sociedad mexicana no podía ser expuesta a ese tipo de diversiones porque se abriría una puerta a la corrupción, a la prostitución, a la desintegración familiar e inclusive al suicidio como resultante de los resultados no esperados en los juegos de azar.


Que esperanza que en aquellos días hubiera rebatiña por cuatrimestres legislativos. Los consensos eran acuerdos entre caballeros enamorados de sus respectivas doctrinas, así de derecha, como de la izquierda y centro.


No había en aquellos días, funcionarios federales proclives al descaro de armar conferencias de prensa para que a “pregunta expresa” se auto incluyeran en la lista de los pre candidatos a la presidencia de la republica.


No había en aquellos días, quien se quejara de que el Hipódromo de las Américas funcionara ilegalmente, o quien maldijera a los palenques que cada año hacían su periplo estacional por todo el país visitando ferias regionales.


Para quienes maldicen el pasado pacifico del país, es necesario recordarles que en la secretaría de gobernación de los gobiernos priistas, no solamente se procuraba mantener al país en paz, sino que hacia el interior de la secretaria, había control.


Manuel Bartlett tenía control. Fernando Elías Calles, imponía mano férrea mientras Heriberto Batres y José María Morfín vigilaban que Rodolfo Martínez, jefe del departamento de juegos y sorteos llevara un registro puntual y preciso del calendario de ferias y eventos especiales.


En esa oficina se otorgaban los nombramientos a los interventores que daban fe de que se cumpliera con lo estipulado en los permisos. De hecho los supervisores de la secretaria llegaban a las ferias a “cerrar” palenques y casinos en las ferias, cuando establecían mesas de juego no autorizadas. Repito, había control.


En aquellos días, los permisos que se otorgaban para que algunas organizaciones altruistas efectuaran fiestas de beneficencia con mesas de juego idénticas a los de los casinos, se concedían mediante una serie de requisitos que llegaban a la exageración de nombrar un representante de la Secretaria, para que diera fe de que no se fuera a jugar dinero, sino que los ganadores en las mesas solamente recibieran premios en especie.


Estos eventos se hacían en centros sociales o en los domicilios de prominentes empresarios que profesaban el altruismo.


Por eso es que suena inconcebible que el actual Subsecretario de Gobernación aparezca en conferencia de prensa, para declarar sin ambages a casi una semana del asesinato del Casino Royale, que aun no sabe quién es el verdadero permisionario, ni quien operaba el lugar.


Con balbuceos que reflejaron ignorancia y prepotencia encubridora, el funcionario exhibió sin querer, la vergonzante realidad que se vive hoy en la secretaría de gobernación en materia de control.


Un control, que al desaparecer de las oficinas de gobernación, facilitó la discrecionalidad y particularmente en el caso de Monterrey, la corrupción que hoy se asoma hasta en el mercado de los quesos.


Es denigrante escuchar que el subsecretario encargado del control de los juegos y sorteos salga a decir que la relación de los 60 casinos que operan amparados es compleja por la existencia de contratos y de trámites, como queriendo causar lastima entre los ciudadanos porque su chamba es muy difícil.


Este penoso capítulo regio, es la corona de vergüenza y desdoro republicano en la función pública del gobierno de Felipe Calderón, quien con habilidad de supervivencia, tuvo que utilizar dos noticieros seguidos de Joaquín López Dóriga para tratar de convencer a los televidentes que la verdadera responsabilidad detrás de esta masacre no radica en haber iniciado una guerra sin el mas mínimo calculo de riesgos.


Y no le busquen mucho, el tema de los casinos le corresponde a la Secretaria de Gobernación y por lo tanto, es exclusivamente de jurisdicción federal. A Medina y a Larrazabal, los envolvieron con la tesis de la “coordinación de los tres niveles de gobierno” en a la lucha contra los delitos contra la salud y la delincuencia.


Pero si hubiera control en gobernación, ese casino no hubiera estado en funcionamiento, no hubiera estado obligado a comprar quesos y no hubiera habido incendio. No le busquen mucho.

lunes, 22 de agosto de 2011

EL MINUTO 40





La mediocridad en el mando de la policía federal fue esférica, porque desde cualquier ángulo que lo analicemos, es inaudito que alguien del lado oficial, haya ordenado la instalación de un reten en las inmediaciones de un estadio de futbol lleno de familias, sin prever los escenarios que se podían presentar.

En consecuencia solicito muy atentamente a los integrantes de los servicios extranjeros de inteligencia -que autorizados por el gobierno panista se ufanan de trabajar en suelo mexicano- que por favor le presten el CD de la película JARHEAD a los jefes de la policía federal que provocaron que México sea hoy, el hazmerreir internacional.

Prueben por favor, si viendo películas, sus pupilos mexicanos aprenden a calcular lo que van a hacer en los probables casos de que se “topen” con transgresores de la ley; porque haber instalado un reten y jalado el gatillo en las proximidades de un estadio de futbol cuando estaba lleno de familias, se ubica en el renglón de la más increíble de las negligencias tácticas, a menos que se haya pretendido, por alguna razón subterránea, exhibir a Coahuila como territorio inhóspito.

En la película JARHEAD, se narra la frustración de un soldado estadounidense quien después de haber sido entrenado para disparar a gran distancia y con excelente precisión, estando ya en el campo de batalla y teniendo un objetivo enemigo en la mira, recibe la orden superior de no disparar.

En la película, el espectador puede ver a través de la mira del rifle de este soldado, cómo el enemigo estaba quieto y en el centro del telescopio! El director de la cinta pone en evidencia la gran tensión que sufre este soldado en ese instante, mientras escucha la voz de mando que le ordena abortar el disparo, precisamente cuando su dedo estaba a punto de oprimir el gatillo.

Según el criterio del soldado, la oportunidad de hacer daño en las filas enemigas era inmejorable! Pero el mando le ordenó no disparar. Las razones del mando, eran de carácter táctico. Había que esperar otro momento, el momento inteligente.

Haber obedecido esa orden superior, provocó en aquel soldado que su regreso a casa fuera decepcionante. No haber disparado aquella bala, de momento lo frustró, pero el mensaje de la película es que la disciplina, el entrenamiento adecuado, la capacidad desarrollada y la comprensión de que el mando tiene la autoridad para decidir, están por encima de la comprensión, el entendimiento, el instinto y los deseos personales.

Contradictorio quizás, pero aquello que para el soldado representaba la oportunidad para ganar una medalla al merito, para los mandos superiores significaba una oportunidad para aplicar la inteligencia.

Lo ocurrido en Torreón deja claro que ni aún con la vergonzante ayuda extranjera, los mandos de la policía federal han obtenido capacidad para entender que una opresión irresponsable al gatillo puede repercutir en la vida de los ciudadanos inocentes, a quienes están obligados a cuidar.

Y peor todavía, si hubo una voz de mando que ordenara abrir fuego en ese lugar.

Durante el transcurso del partido Santos- Morelia, la cancha de aquel estadio significaba un espacio de prioridad social. La gente no merecía que le hicieran eso. Lamentable que nuestra policía federal no esté capacitada para priorizar en cuestión de segundos lo que debe hacer. Lo que menos nos debe preocupar es que los analistas de todo el mundo estén evaluando y calificando a nuestra policía federal como inepta, lo grave es que aquí, no van a alcanzar los siquiatras de todo el país para dar tratamiento a tantas personas, niños entre ellas, que quedaron marcadas por la innecesaria crisis emocional provocada por la irresponsabilidad de un mando mediocre que finalmente no logró detener a nadie.

Lastima de asesores, porque con vergüenza y todo, habría que preguntarles si en su agenda de cooperación está incluida la preparación de las fuerzas policíacas federales en los temas denominados “que nadie dispare hasta que se le ordene” y “alto al fuego”.

Acaso en esta nueva modalidad de irresponsabilidad gubernamental que agrava la imagen del país, los asesores norteamericanos no han sugerido, opinado o establecido que instalar retenes en las proximidades de escuelas y estadios llenos de gente representa riesgos mayores?

Si los mexicanos nos hemos tragado la amarga pastilla de que el gobierno federal autorizó la presencia de extranjeros en la confección de las estrategias para frenar lo irrefrenable, al menos podemos exigir que en la estructura de las corporaciones de seguridad, exista la responsabilidad proporcional de las decisiones como en este caso.

Porque las armas, ni se disparan solas, ni entienden que a unos metros de ellas, miles de familias presencian un partido de futbol. Tuvo que haber un mando oficial que no hizo lo correcto en el minuto 40.

miércoles, 17 de agosto de 2011

EL ESPEJO RETROVISOR


Para referirse de manera ofensiva al PRI, el secretario de hacienda del gobierno federal mexicano, dijo en un reciente discurso que no hay que ver por el espejo retrovisor.


Evidenciando su personal temor a que se haga realidad la victoria electoral del partido revolucionario institucional en las próximas elecciones presidenciales, Cordero optó por usar esta forma alegórica del lenguaje para persuadir a los ciudadanos a no votar por el partido que mantuvo pacifico el pasado nacional.


Afortunadamente, este recurso oratorio diseñado por los estrategas panistas para lastimar la imagen del PRI, también exhibe porqué en los dos últimos sexenios federales los fracasos de la federación han sido reiterativos.


Nos queda claro que los panistas manejaron la nación sin ver por el espejo retrovisor y por lo tanto no se dieron cuenta que “Los objetos reflejados se encuentran más cerca de lo que aparentan”.


Ese acierto previsto en las crónicas universales que aconseja revisar el pasado de los pueblos para planear el futuro, al parecer –según la tesis del espejo de Cordero- no fue un ejercicio realizado por los hombres y mujeres que dieron rienda suelta a la improvisación institucional desde el 2000.


El no mirar por el espejo retrovisor, los hizo ignorar las políticas públicas sociales que durante muchos años antes se habían consolidado como un brazo ayudador de las clases que todavía no terminaban de emerger a la vida productiva plena.


Nunca olvidaré las nefastas palabras de Vicente Fox cuando cancelaba subsidios al tenor de un discurso basado en que la gente tiene que dejar de pensar que el gobierno tiene la obligación de mantenerla. Ahí el panismo asomaba su verdadera cara como gobierno.


La subsidiariedad, entendida como un complemento responsable de los gobiernos para que el menor también pueda tener acceso a lo indispensable sin quitarle al mayor, quedaba cancelada por decreto foxista y así se iniciaba el camino descendiente de la economía de las familias mexicanas, hasta postrarla en los índices en que hoy se encuentra.


No mirar el pasado por el espejo retrovisor de la historia reciente, lesionó a los agricultores del noreste del país, cuando en un gesto tan ignorante como arrogante, Fox pagó anticipadamente una tributación de agua a los Estados Unidos, perjudicando con ello a toda una cadena productiva fronteriza, con consecuencias terribles.


Me dirán que meses después indemnizó a los agricultores, pero pregunto yo: y los trabajadores, y los peones, y los gasolineros, y los cargadores, y los choferes, y los fritangueros, y los estanquillos, y las llanteras, y las vulcanizadoras, a esos, y a miles más, quien los indemnizó?


La siembra y la cosecha tienen cada una su época, son un espacio en el tiempo y el tiempo, se compone –aunque le duela a Cordero- también del pasado. Esa pobre gente, todavía no se repone.


Manejar el país sin mirar por el espejo retrovisor, condujo a Felipe Calderón a permanecer ajeno a ese crecimiento de la pobreza que le heredó Fox y en la irreflexiva decisión de iniciar su guerra absurda, no midió que podría haber leva por parte de los transgresores de la ley, cosa que ocurrió, en lo urbano y en lo rural.


Y hoy resulta, que esa decisión que hasta ayer solamente merecía el calificativo de insensibilidad presidencial, se adereza con un escándalo que exhibe nada más y nada menos, la cómoda entrega del destino nacional a manos extranjeras.


Y no culpo a los extranjeros, porque siempre que exista un facilitador en las filas nacionales, habrá un conquistador ávido de ganar terreno.


Pero cuando se discute hoy la violación a la soberanía, a la dignidad y al orgullo nacional, los mexicanos estamos obligados a recordarle al presidente que tiene que respondernos que lo hizo poner bajo batuta intrusa un asunto de seguridad nacional.


No fue justo, bajo ninguna óptica humanitaria, poner a ciudadanos y a fuerzas leales al mando supremo, en situaciones innecesarias de riesgo derramando en calles, carreteras y escuelas, sangre inocente.


No ver por el espejo retrovisor, impidió a Calderón entender que las razones de estado del caso Tlatelolco en 1968, no están plasmadas en el libro de Poniatowska. Tampoco vio que los izquierdistas que ayer andaban con huaraches, camisas de manta y greñudos, son los que hoy visten de Dior, calzan Prada y van al Spa.


Conducir el país echando una mirada al espejo retrovisor hubiera salvado vidas! Hoy, los mexicanos que sí creemos en el espejo retrovisor, caemos en cuenta que a la inteligencia venida de fuera, le faltó el contrapeso de un Bucareli férreo, patriota, experimentado y republicano, donde alguien como Don Fernando Gutiérrez Barrios le jugara limpio al presidente y a la nación.


Ya decía yo que una batuta de tan alta responsabilidad nacional, no podía ser tan arrítmica. Ignoraba que Calderón la prestó para no tener que ver por el espejo retrovisor.

viernes, 5 de agosto de 2011

SOBRE LAS OLAS...

Por más ladeado que este el barco y los pasajeros se deshagan en jaculatorias, la actitud de un buen capitán debe ser de templanza, porque de otra manera, ni la lucha haría por evitar la zozobra.

El dramático cuadro mental de lo anterior me apareció como una película instantánea, luego de escuchar las declaraciones de ayer del rector de la UNAM, Don José Narro, veamos por qué.

Se refería el ilustre mexicano a la cantidad de dinero que debería encausar el gobierno de México a la investigación científica en materia social, dado que la consecuencia de no hacerlo, representa un error generacional severo.

Me llamó mucho la atención la forma en que el comentario fue expuesto en los medios, porque no fue resultado de una conferencia de prensa diseñada ex profeso para tocar el tema, sino que se trataba de una declaración obtenida en una entrevista televisiva de banqueta.

Así pues, -lamentablemente- en la banqueta, se tocaba uno de los asuntos torales de nuestro país, en un momento en que la pobreza ha alcanzado cifras asombrosamente peligrosas.

Siendo optimistas, podríamos esperar que alguno de los funcionarios o representantes populares que tengan que ver con este importante asunto, haya tenido encendido y sintonizado el televisor para enterarse de lo que José Narro opinó o bien, que le hayan incluido la nota en la síntesis de prensa que le llega a su escritorio.

El dicho de Don José Narro equivale a la opresión de un botón de alarma existencial cuyo sonido lamentablemente es inaudible, porque el volumen es imperceptible a los oídos de quienes hoy, pudiendo edificar un mejor futuro, solamente reaccionan al timbre pavloviano de intereses distantes a los de la nación.

Allá por los 70s bajos, Patricia Alburdene, socióloga norteamericana pronosticaba para el 2000: el empoderamiento de la mujer; el decremento del poder de los gobiernos; la supremacía de los grupos económicos en comparación con los gobiernos; el cambio de los patrones oro a dólar y de dólar a oro; el incremento de las malas noticias en primera plana hasta rebasar numéricamente a las buenas; y el incremento de la influencia de las ONGs en las decisiones gubernamentales, entre otras megatendencias.

Ahora, en 2011 el rector de la UNAM nos mueve a preguntar si el andar parapléjico del México de mañana es algo que tienen calculado los responsables de la asignación de recursos a los programas científicos de investigación social y se han resignado a que el exponencial incremento de la velocidad de las consecuencias de su actitud irresponsable, nos inutilice en el futuro.

Otra pregunta que nos nace hacer es, por qué el rector de la UNAM no exige a las comisiones legislativas ligadas a este asunto, el “mapeo” de las conexiones decisorias con nombre y apellido, nada más para hacerlo público a ver si les da vergüenza y al menos intentan en el próximo ejercicio presupuestario, empujar en serio esta importante disciplina de investigación científica.

Y así nada mas como un referente de lo que tiene de importancia este tema en otras sociedades, podemos visitar el portal http://www.wfs.org/futuring e imaginarnos lo que la creatividad mexicana podría hacer si tuviera acceso a este tipo de amplitud visionaria.

Siendo positivo, no trato de culpar a quienes tienen la responsabilidad de promover la asignación de recursos para el impulso del trabajo en torno a la investigación social, económica o tecnológica en México. Lo que pasa es que desde sus asientos de primera clase, no se siente la turbulencia de las olas de la misma manera que viajando con boleto de pobre.

En concreto a lo que quiero llegar, es a preguntar qué efecto tendría el hecho de que el rector Narro en lugar de plantear su preocupación desde una banqueta, convocara a un simposio nacional y desde ahí, expusiera ante el mundo entero y con claridad doctoral, que en las esferas mexicanas de la burocracia y la legislación, no se cuenta ni con experiencia, ni con interés, ni con voluntad política para impulsar la investigación social, precisamente cuando el mayor problema que tiene México, es de ese carácter.

La nación requiere del trabajo y la creatividad de los que desde el rincón del olvido presupuestario, irónicamente son los únicos que tienen en su poder la vocación y la capacidad no solamente para interpretar con certeza hacia donde nos lleva la mano del estado, sino también para diseñar estrategias que sean exitosas.

Por eso me dio gusto percibir, en medio del comentario de Don José Narro, que hablaba con la templanza que un capitán debe tener cuando el barco se ladea de más y empieza a hacer agua ahí, donde viajan los más pobres.

martes, 19 de julio de 2011

ALERTA ELECTORAL...

Ir al encuentro de lo que queremos, es la esencia de la felicidad futura. Tomar el camino correcto para llegar a la prosperidad colectiva, requiere por lo pronto, que los mexicanos seamos vigilantes desconfiados del rumbo que toma la elección presidencial del 2012. Veamos por qué.

Vista la actuación prolífica en errores consecutivos que el sexenio en curso ha impreso en la historia de México, los mexicanos en edad de votar estamos comprometidos a acertar en nuestra próxima determinación de votar por aquel que será el próximo presidente de la república.

Pero antes que nada, este compromiso presupone nuestro deseo de confraternizar con el resto de los mexicanos que al igual que nosotros en esta esquina de la república, viven consecuencias devastadoras de una guerra que nadie pidió y por lo tanto, hermanados por el dolor, requerimos permanecer unidos y en alerta permanente porque lo que viene es muy delicado.

De entrada, la inevitable y desesperada estrategia de triunfo electoral que en su más reciente reunión la cúpula del PAN y el presidente Calderón han cocinado para obtener votos en 2012, no requiere plasmarse en un boletín de prensa ni divulgarse a ocho columnas para ser decodificada. Por el contrario, conociendo la lógica panista lo que iniciará en breve será una estrategia de gabinete para reptar sigilosamente por todos los rincones de la patria, en busca de los hoyos por donde durante diez años y medio se han ido al olvido las causas ciudadanas, para hacer desde ahi, alharaca reconstructiva.

Efectivamente, de ahora en adelante los funcionarios del gobierno federal van a desear que el día tuviera cien horas para reponer el tiempo desperdiciado en vanaglorias castrenses y frivolidades aliancistas. Visto desde el asiento de observador ciudadano, para ellos no existía un camino mejor para distraer al país de su ineficiencia, que imponer una agenda de terror urbano y rural.

Solo que no midieron algo. Que la velocidad de sus boletines y de las declaraciones de sus voceros, era mucho, pero mucho menor, que la de las redes sociales que muy pronto alcanzaron tal amplitud y coordinación, que la capacidad de control federal sobre la información que quería que llegara a los ciudadanos, fue rebasada por el razonamiento colectivo.

Tarde lo comprendió la imberbe burocracia panista y hasta quisieron entrar a las redes, pero cuando apenas estrenaban sus portales fue tanta la sociedad civil que se les vino encima con mensajes de exigencia, críticas y reclamos, que mejor bajaron el volumen de su tardía estrategia.

Este fenómeno comunicacional de identificación ciudadana en las redes sociales fue tan transparente, que permitía ver la conectividad, el direccionamiento de las intenciones populares, las actitudes y hasta el interés de último minuto de la colectividad. Pero como ese objetivo –conocer lo que piensa la gente- no se encuentra entre los puntos de importancia de la derecha en el poder federal, pues no lo vieron venir y hoy, seguramente lo han de estar lamentando.

Ese desconocimiento de lo que la gente quería en realidad fue grave y el gobierno de Felipe Calderón jamás lo quiso reconocer. Prefirió gobernar con las opiniones de sus más allegados aduladores, mientras los mexicanos, incluyendo a los panistas de a de veras, apretaban los labios y movían la cabeza reprobando las acciones presidenciales encaminadas en su mayoría, a tareas castrenses que nada bueno le han traído a la procuración de justicia y menos a la economía nacional. Más bien, concibieron un modelo de injusticia sistémica que dejó calles, carreteras y escuelas llenas de sangre, de temor y de amargura.

Por eso, debemos de ser muy cautos en el análisis de lo que próximamente van a hacer el presidente de México y su gabinete. Los parches emergentes de final de sexenio van a constituir seguramente el gasto más alto que administración federal alguna haya realizado y el maquillaje estadístico estará a la orden del día.

De ahora en adelante veremos un gobierno federal muy aplicadito, atento, diligente, cordial, sembrador y hasta interesado en tocar y otorgarle prioridad a temas sociales que habían sido borrados de la agenda presidencial en razón del peso específico de la apocalíptica preferencia por ensangrentar al país.

Pero ahí no termina esta proyección. Si la ciudadanía amante de la paz y la concordia se blindara intelectualmente y votara mayoritariamente a favor del pasado pacífico, no debemos dudar que el plan “B” de los panistas será una judicialización de la elección, aderezada con escenarios también “B”, de barbarie.

Preparémonos entonces, a grandes sorpresas desde la madrugada del día de la elección, porque vista la insensibilidad que envuelve a la ambición, nada existe que convenza a Felipe Calderón que su tiempo expiró y que ya es demasiado tarde para reconstruir un tejido social que él mismo destejió en aras de legitimar su mandato apoyado por los patrocinadores del Plan Mérida quienes hoy, paradójicamente atraviesan situaciones financieras muy complicadas.

Ojala que este tiempo de vacaciones, sirva para que los hogares mexicanos reflexionen sobre la realidad que vive el país, analicen los spots del gobierno federal y midan la gran diferencia existente entre ambos. Ahí está la clave para descifrar el engaño panista.

La verdadera búsqueda del progreso inicia eligiendo la ruta correcta y es de esperarse que la inteligencia emocional de la sociedad mexicana encuentre la luz de la paz al final de este túnel sexenal, que por lo pronto, ha despertado a un año de la elección presidencial, la inquietud ciudadana de levantar desde ahora, nuestra propia alerta electoral.






























viernes, 8 de julio de 2011

DIALOGOS CIUDADANOS...


El contenido de la más reciente versión publicitaria del gobierno federal dirigida a los televidentes, nos deja ver dos posibilidades lamentables. O que no sabe realmente lo que la gente platica entre sí, o que sí sabe y necesita urgentemente manipular esa realidad que vive México. Veamos por qué.

La unipersonal decisión presidencial de lanzar a las calles, carreteras y escuelas a nuestras fuerzas armadas sin la menor estrategia de inteligencia científica policial, ha traído consecuencias anímicas y económicas tan dañinas, que podríamos asegurar son irreversibles en el corto y mediano plazo para la mayoría de los mexicanos decentes, vivan donde vivan y hagan lo que hagan.

Obviamente, los estudiosos de la economía nacional inscritos a la nomina federal detectaron esta consecuencia socio económica y alertaron a la casa presidencial. La reacción a mi manera de ver se da en dos vertientes: la primera, que el secretario de hacienda culpe a las economías europeas y norteamericana de lo que irremisiblemente va a ocurrir en el país a causa de la inmovilidad económica y la segunda, meter con calzador cada corte comercial de los programas pautados en horario triple A y noticieros, un teatral engaño para rescatar a Felipe Calderón y a su partido, del fango estadístico en que se encuentran posicionados.

Omitiendo deliberadamente darle el valor real que se merece la novedosa e intensa conectividad que las redes sociales le permiten a la ciudadanía para unificar criterios, los estrategas al servicio del gobierno panista decidieron producir micro telenovelas de 20 segundos, donde el héroe es ni más ni menos, el gobierno federal.

Dichos spots televisivos, no solo contradicen las conversaciones reales que hoy, hoy, hoy, se dan entre los mexicanos del norte del sur y del centro, sino que ponen en boca de actores y actrices, palabras y conclusiones que llenan de indignación a quienes los ven, sencillamente porque son irreales.

Los diálogos de esta desesperada campaña televisiva de ficción calderoniana representan una burla para quienes platican de verdad con vecinos, amigos, familiares o compañeros de trabajo, coincidiendo en que la manera en que se lleva a cabo el combate a los delitos contra la salud ha traído pánico masivo e injusta diseminación de sangre inocente.

La injusticia sistémica en que se dan los casos de quienes inocentemente quedan inertes en banquetas, carreteras o campus universitarios sin que nadie saque la cara, es tan indignante, que ya nadie puede dar reversa al criterio con que los ciudadanos juzgan de absurda e ineficiente a la guerra que nadie pidió. No vayamos muy lejos, una regla de tres simple basada en los comerciales del propio gobierno federal nos deja ver lo monstruoso de la insensibilidad: si para capturar 17 de 37 transgresores de la ley llevamos 40 mil muertos, cuánta sangre queda por derramar?

Si en su más reciente exabrupto público, el presidente Calderón le hablo con sinceridad al poeta Sicilia -con manotazo a la mesa de por medio- diciéndole que la forma de traducir a los hechos la intención presidencial de combatir a la delincuencia sin estrategia alguna, obedece a que nadie le ha sugerido una estrategia, la disculpa podría ser la más pobre que el pueblo mexicano ha recibido de un gobernante.

Nadie en su sano juicio que se comporte dentro de los parámetros de la moral media de la sociedad podría aceptar con beneplácito la decisión de que las fuerzas armadas salgan a la calle a ver con que delincuente se topan. Esa decisión, es una irresponsabilidad humanitaria.

Si bien la condición corporativa de prevención delictiva y procuración de justicia padecía imperfecciones, era por ahí por donde se debía haber empezado.

Aquel que le haya aconsejado al presidente Calderón que su legitimación no requería primeramente el consenso con los gobiernos estatales sino que primero tenía que demostrar carácter y supremacía derramando sangre en calles, carreteras y campus universitarios para luego forzar la coordinación interinstitucional intentando desacreditar y culpar a los gobiernos estatales y municipales, se equivocó.

Era al revés. Antes de llegar a los estruendos persecutorios resultantes de la casualidad, procedía el sigilo inteligente, astuto, audaz, efectivo y hasta heroico, pero en el seno de esa valiosa secrecía republicana que lamentablemente los panistas no conocen. Todo indica que la megalomanía derechista sugirió en su momento, ruido, escándalo y sobre todo, culpar al pasado priísta, sin importar las vidas decentes que iban desapareciendo de la vida urbana y rural de todo el país y que alguien denominó en auxilio a la figura presidencial, “daños colaterales”.

Por piedad, no vengan ahora con spots en el que una mujer chofer de taxi opina que así como se está combatiendo a la delincuencia es correcto y que el país estaría peor si no se hubiera iniciado la guerra absurda. Por favor, no vengan con que un chofer de tráiler invita a los demás a disfrutar los restaurantes en las orillas de las carreteras y que viajar por tierra es una delicia.

Esos, no son los verdaderos diálogos ciudadanos.

viernes, 1 de julio de 2011

LAS MEGATENDENCIAS...

Los liderazgos empiezan a dejar de ser impuestos. La falacia que durante muchos años revistió a la selección de hombres y mujeres que fueron a las luchas electorales escogidos en base a su opulencia para movilizar micro universos de poder en países, estados, ciudades, barrios y colonias, se agota.



Se percibe en el ambiente global un movimiento irreversible de coincidencia en el razonamiento colectivo ciudadano, que facilita increíblemente la cohesión de quienes piensan que los políticos que se encuentran en activo, no son todos tan capaces como se desearía.


Las sociedades respiran un ambiente de insatisfacción que sirve como caldo de cultivo a una nueva manera de expresión, cada vez más abierta y sin mordazas hipócritas que de facto han paralizado durante mucho tiempo, la libertad de expresión cuando de censurar gobiernos se trata.


Es lamentable que en su mover tan rápido, los políticos en funciones de todo el mundo, soslayen esta nueva tendencia humana que los rodea, porque están cegados por las prácticas oportunistas y convenencieras que les sirvieron de escalafón social para arribar al poder.


Y no es que les falte capacidad de análisis, sino que la inercia del unipersonalismo de la gestión política les ha dañado la sensibilidad y el entendimiento, a raíz de la adulación recibida a lo largo de sus meteóricas carreras, donde no hay cabida para recomendaciones, opiniones y menos para censura sincera.


Esto último, lamentablemente nos hace pronosticar que si los que hoy se hacen llamar políticos no resuelven rápido su entrega a las verdaderas causas ciudadanas y en contrario, prefieren continuar en la comodidad discursiva del tinglado de la farsa partidista, entonces su destino funcional será corto y poco grato.


Y la verdad es que en la aritmética global, poco importaría que tal o cual político se quede fuera de los reflectores a causa de su negligencia intelectual, si la consecuencia de su destronamiento no lesionara la dinámica institucional con un vacío donde, por insuficiencia de cuadros de alto perfil intelectual y experimentado, habría que echar mano otra vez de los inexpertos, que resultan ser tan nocivos como él.


En gran parte esa es la breve historia del fracaso del panismo en estos años. Lejos de apoyarse en la experiencia de los que sabían, optaron por “limpiar” los escritorios de funcionarios eficientes que colaboraban con los gobiernos priistas y el fracaso resultante lo estamos padeciendo hoy. Pero ese no es el tema.


México, que sí es nuestro tema fundamental, tiene hombres y mujeres valiosos en todos los partidos. Solo hay que modelar una tendencia intelectual de complementariedad doctrinaria donde la ciudadanía sea el centro de la atención y la gestión. Es imperativo cancelar la discrecionalidad que hoy ejercen los gobiernos y las mayorías congresionales que toman represalias contra las zonas o regiones donde la mayoría electoral no les favorece.


Las cosas han cambiado de tal manera que tienen que desaparecer los políticos que se cortan las venas por su partido en vez de cortárselas por sus representados. De hecho, la proximidad de las elecciones del 2012, trae consigo un cúmulo gigantesco de ciudadanos con intenciones de contender por posiciones de representación popular, pero no solamente para figurar, sino para servir en serio a la ciudadanía.


Se trata de personas que nunca habían figurado, pero que siempre estuvieron atentas al devenir de la nación, de su estado y de su municipio. No recuerdo recientemente alguna mención de hombres o mujeres valiosos, que al plantearse la posibilidad de otorgarles una candidatura, la respuesta no haya sido: “si… pero no tiene dinero”.


Cuando esas figuras hoy pisoteadas por la insuficiencia económica salgan a manifestarse, todo indica que van a sobrar seguidores igualmente ansiosos de contar con representantes populares honestos, sin importar que no tengan capital propio. Quizás estemos ante una próxima modalidad de “candidatos por cooperación”.


Por ahora, es deseable que quienes se han profesionalizado en los temas políticos y particularmente legislativos, puedan percibir y tomar conciencia del llamado universal y se sumen a los anhelos de la ciudadanía, no solamente con el fin de continuar en funciones, sino para que abracen a los nuevos políticos que surgirán de ese anonimato donde hoy todavía se mantiene hundida y callada la voz de la ciudadanía.


Y no me refiero a la marcha de Sicilia. Esa es solamente la muestra que México tiene a la vista de manera directa. A lo que me refiero es a la movilización de grupos intelectuales de Europa, donde lo que menos se ve son siglas de partidos políticos.


El mundo ha llegado a un nivel de sufrimiento colectivo, que si los gobiernos no invierten la pirámide para dejar que sean los planes de las mayorías los que substituyan a los proyectos que solamente benefician a los grupos económicos o de poder, estarán dosificando el futuro con un ingrediente acelerador de una preocupante debacle.


La situación mundial, someramente analizada por los medios de comunicación y consecuentemente en menor proporción por los políticos en funciones, demanda un alto en el camino para reflexionar a tiempo, sobre las demandas ciudadanas que a diario brotan del desempleo, la ineficiencia magisterial, la masificación del miedo, la injusticia sistémica y la pobreza extrema.


No hacerlo, significaría desafiar a las megatendencias.

lunes, 27 de junio de 2011

A UN AÑO DE LA PARTIDA DE RODOLFO…

"La vida de los pueblos es la suma de sus momentos de dolor y de júbilo…


A Tamaulipas le duele hoy, como hace un año, la desaparición de Rodolfo Torre Cantú.


Pueblo y gobierno, de luto aún, esperan con templanza que la justicia llegue.


No para júbilo, sino para lección histórica."
                                                              magf

jueves, 23 de junio de 2011

ME PUEDO FUMAR UN CIGARRO?

Me lo temía. La fuerza impresionista y faraónica de las instalaciones del Alcázar del Castillo de Chapultepec, apabulló la intención emocional del modesto grupo que tenía como objetivo dialogar en serio y a fondo, con el presidente de México.

Surgido en calles, carreteras y escuelas bañadas de sangre a lo largo y ancho de la nación, el movimiento que gozaba de la simpatía y el apoyo de millones de ciudadanos que vivimos a diario la angustia de la guerra que nadie pidió, terminó representado por los ciudadanos Héctor Sánchez, Yolanda Morán, José Guillermo Nava Mota, Carlos Castro Gurrona, Javier Sicilia, Julián Le Barón, María Herrera Magdaleno, Salvador Campanur Sánchez, Araceli Rodríguez, Norma Ledesma, Teresa Carmona, Roberto Galván, Leticia Gutiérrez, María Guadalupe Guzmán, Graciela Jaime, Julio Alonso Carvajal, Melchor Flores, José Cirilo Reyes, María de los Ángeles Vences, Omar Esparza, Otilia Cantú y Luz María Dávila.

Como si fuera un escalón al paraíso del humorismo palaciego, el poeta en quien se habían puesto esperanzas, ilusiones y anhelos populares de expresión férrea, terminó haciéndose el chistoso, preguntando al presidente Calderón: me puedo fumar un cigarro?

Ja ja… hubieran visto que simpático se vio el poeta Sicilia, poniendo, espero que inocentemente, la alfombra roja a una divagante contestación presidencial que no dijo porqué ensangrentó al país.

Sabrá Sicilia que fumar en un lugar cerrado, está prohibido? Si la respuesta es afirmativa, entonces debemos asumir que al consultar al presidente, puso en evidencia, para decepción nacional, que muy adentro de si, piensa que el ejecutivo federal tiene facultad para permitirle tal transgresión. Si es así, entonces que no pida cuentas.

La habilidad profesional del camarógrafo se manifestó cuando segundos después de la pregunta, Sicilia apareció a cuadro, sonriente como niño de kínder que acaba de descubrir que sus comentarios provocan hilaridad a los demás.

Obviamente, en ese instante, la nación perdía su gran oportunidad. Calderón ni tardo ni perezoso aprovecho el momentum, para iniciar un divagante discurso de medias respuestas, aderezado torpemente con estadísticas triunfalistas que inclusive exhibieron hasta a los maestros como culpables de la situación que guarda el país.

Que lastima, que el mismo creador de todo un movimiento social, haya tirado por la borda la oportunidad de presionar públicamente a nuestro mandatario a corregir el rumbo de su aberrante postura armamentista. Porque lo que se le pide no es que no luche contra los delitos contra la salud y contra la delincuencia, sino que lo haga de manera inteligente.

La fuerza de la nicotina le sirvió a la derecha en el poder federal como escalón mediático, de alfombra humorística, de peldaño populista, y lo peor, le sirvió de pretexto al presidente para destacar una vez más, que la guerra absurda no se va a detener, sino que continuará creciendo.

Hubieran visto al secretario de gobernación sentado a la derecha del presidente pronunciando la frase: “le concedo el uso de la palabra a…”

Aquella prepotencia era vergonzante. Auto erigido en supremo favorecedor del derecho de expresión de los asistentes a la reunión palaciega, el secretario de gobernación hizo gala de arrogancia displicente al conceder uso de la voz a los mexicanos que acudieron a la cita para exigir respuestas concretas y puntuales para sus lamentos, denuncias y vicisitudes.

Entre líneas, lo que recogieron fue un encubierto NO a la aplicación de estrategias; lejos de encontrar cuentas claras, la habilidad discursiva de Calderón los envolvió a participar en la guerra en calidad de auditores; para los mecanismo autogestivos de la sociedad, lo que encontraron fue una tangencial censura presidencial, porque el criterio del ejecutivo es aplicar supremacia de fuerza ante las armas delincuenciales, evadiendo asumir que dicho armamento tuvo que haber entrado por las aduanas que son responsabilidad de la federación; para los Estados Unidos, hubo una referencia velada, cuidando no provocar una posible tensión a causa de una declaración directa y franca que pudiera evidenciar el consumo de drogas en ese país.

En concreto, los acotaron y terminaron escuchando la voz presidencial que los envolvía sutilmente en la coparticipación de una responsabilidad que es netamente gubernamental, bajo la premisa de que sin participación ciudadana no es posible arreglar el tema que los tenia reunidos ahí.

Hoy, en 2011, en el mismo Castillo de Chapultepec donde irónicamente murieron los Niños Héroes, agonizó a manos del gobierno panista un movimiento ciudadano cuyo líder terminó pidiéndole al presidente Calderón, permiso para fumar.