sábado, 29 de enero de 2011

Y la Contundencia?

Y la Contundencia?

Ésa, no fue a Davos.
Se quedó en casa, porque solamente aquí ante los micrófonos locales es donde se usa.
Aquí, es la estrella, la que acompaña al regaño presidencial, la que impulsa y enfatiza las mentiras estadísticas de la bonanza nacional.
Esta vez la contundencia del discurso presidencial no sobrepasó las fronteras; no fue incluida en la comitiva de Felipe Calderón.
Y vaya que se notó.
Al menos en los segmentos noticiosos que permitieron a los mexicanos ver la intervención de Felipe Calderón en Davos, notamos que nuestro presidente no sabía qué palabras emplear para explicar ante los eruditos internacionales, cual es la situación del país.
Claro, no es lo mismo hablarle a la ignorancia personificada por la masa de la mediocridad y del analfabetismo, donde sabe que puede dar cifras alegres sin que nadie le rebata, que enfrentarse a doctorales pensadores ávidos de escudriñar y discutir a fondo las ponencias. 
Por eso mejor optó, e hizo bien el presidente, por hacer una síntesis al más puro estilo panista, para dar a entender con balbuceos incómodos, que a pesar de que vamos muy mal, vamos muy bien.
Mal, porque los cárteles y las organizaciones criminales se andan peleando; y bien, porque la economía es una chulada.
La paz, no cuenta; El desempleo, no cuenta; El miedo nacional, no cuenta; La ruina educacional, no cuenta; El alza del combustible, no cuenta. Los fraudes en Pemex, no cuentan; El clamor de los agricultores, no cuenta.
Todo aquel indicador que refleje nuestra triste realidad social traducida históricamente como: “el gran fracaso bisexenal”, no es merecedor de pronunciarse en esos foros, ni siquiera como amenaza circunstancial del pueblo mexicano.
Si alguien preguntara porqué, le diré que la estrategia electoral gestada y operada desde Los Pinos con vías al 2012, no puede ni debe desviarse reconociendo fuera del país que andamos mal, si aquí se ha dicho hasta el cansancio que andamos bien.
Para Felipe calderón es preferible ahogar su voz hasta casi convertirla en susurro ante el foro de Davos, que desflorar la grave problemática en que su desapego a la responsabilidad social ha hundido a la nación.
Ahora que el descalabro acapulqueño le ha puesto un freno a la fusión de PAN y PRD, Calderón ha sufrido con incomodidad manifiesta, el despertar de los panistas y los perredistas que como castigo a la cínica intención de realizar esa bizarra sumatoria aritmética de votos, decidieron votar por Manuel Añorve, candidato a gobernador por el PRI.
Los guerrerenses doctrinalmente honestos, en lugar de prestarse a la bajeza de crear una mescolanza de dos corrientes de pensamiento antagónicas por naturaleza, optaron por protestar y de paso sin querer, obsequiaron al presidente panista un escenario anticipado de lo que sucederá a lo largo y ancho de la nación, si insiste en mantenerse en Los Pinos coludiéndose electoralmente con el PRD.
Ni siquiera el amasiato subterráneo de los operadores panistas de los medios de comunicación con el grupo Reforma les valió, toda vez que fueron vergonzosamente exhibidos.
Obviamente, a causa de esta desnudez operativa y de la  inesperada reacción de los votantes guerrerenses, el boleto a Davos de la “Contundencia” de Felipe Calderón, fue transferido.
Esta vez, quien lo acompañó tomada de su brazo e inseparable, fue la “Preocupación”.
¡Y vaya que se notó!