sábado, 24 de septiembre de 2011

TIEMPO DE CULPAR A OTROS...

Que incómodo debe resultar para los seguidores de la doctrina derechista, haber cometido tantos errores presidenciables durante 11 años y verse obligados por las circunstancias, a culpar a otros. Veamos porqué.

Antes de enviar a nuestro Glorioso Ejercito Mexicano, a la Armada de México y a la Fuerza Aérea a la guerra contra quien aun no estaba localizado de manera táctica, debieron haberse realizado en la Procuraduría General de la Republica, la prueba de confianza, la profesionalización, la modernización y el llamado a la coordinación “Federación-Estados-Municipios”.

Antes de levantar la voz en contra de los Estados Unidos para culparlo de la sangre derramada en calles, carreteras, escuelas, universidades y recientemente hasta en casinos, debieron haber taponeado las aduanas mexicanas, cubierto el espacio aéreo mexicano y realizado la reunión de procuración de justicia que apenas hace unos días hicieron en Boca del Rio, Veracruz.

Antes de instalar retenes en las afueras de los estadios de futbol llenos de familias, debieron haber capacitado e instruido a los Policías Federales que ante un escenario que pone en riesgo a las personas inocentes, hay que ordenar “alto al fuego”.

Antes de depositar una corona de hojas sin flores en el casino incendiado en Monterrey, debieron haberles exigido a los Secretarios de Gobernación –desde el primer día del sexenio- que fueran íntegros en el manejo de la Ley de Juegos y Sorteos.

Antes de mirar con disimulo el éxodo de los mexicanos que se fueron a vivir a los Estados Unidos porque allá además de poder invertir legalmente también pueden disfrutar de tranquilidad en las calles, debieron haber puesto atención en la vida fronteriza y pensar en las consecuencias económicas que traería la guerra que nadie les pidió.

Antes de declarar que el Banco de México no intervendrá en el mercado cambiario, debieron saber que precisamente el gobierno que hoy mal conducen, es el responsable de hacer hasta el último esfuerzo por estabilizar el mercado interno, para darle certeza a los inversionistas nacionales y extranjeros y así proteger al público ahorrador de los efectos nocivos de la especulación.

Antes de quedarse con los brazos cruzados mientras la frontera se vacía de capitales y queda destrozada la confianza en nuestra moneda, debieron tener un plan de fomento fronterizo y otro de emergencia nacional, dedicados ambos al crecimiento económico y a la conservación del bienestar de los empresarios y ciudadanos de clase media, media baja, pobres y en pobreza extrema.

En concreto, era en el 2000 cuando debieron abrir espacio para la planeación reflexiva. Hoy, es demasiado tarde para parchar dos sexenios de pifias llenos de desaseo y desdoro institucional.

Culpar al PRI y a Enrique Pena Nieto de haber frenado las reformas estructurales que no supieron cabildear ninguno de sus secretarios de gobernación de manera republicana, es muy fácil.

Culpar al PRI de endeudamiento irresponsable, es la manera más cómoda de ocultar que precisamente el candidato preferido de Calderón, Ernesto Cordero, fue el responsable de orillar a gobernadores y a alcaldes priistas a pedir prestado mediante la perversa estrategia de retenerles las participaciones federales.

La cantaleta moralista de los últimos días, basada en que los malos son los culpables del caos en que se encuentra hundido el país, tiene aristas rescatables para un análisis particular; sin embargo diremos aquí, que en esa temática discursiva se encuentra escondido un sentimiento de culpa del presidente porque quizás ya se dio cuenta que haber decidido solito y su alma el inicio de su guerra, fue un error de consecuencias de lesa humanidad.

Realizar las tareas de la Procuraduría General de la Republica con personal de las fuerzas armadas, trajo a final del sexenio, una consecuencia inédita y penosa en la vida republicana.

Se contrapuntearon el poder judicial y el poder ejecutivo, debido a que este ultimo en lugar de propiciar acuerdos y compromisos respetuosos de eficiencia mutua, sin recato alguno culpó a los jueces de las complicaciones procedimentales.

Que diéramos los mexicanos, porque el reciente reacomodo del gabinete presidencial hubiera sido por razones de una búsqueda de mejoramiento en el desempeño gubernamental.

Se reconozca o no, los ciudadanos entendemos que la razón de fondo fue la urgente necesidad de enviar al ex secretario de Hacienda a recorrer el país culpando al PRI de la situación que guarda el país a consecuencia de los errores panistas.

En estos momentos en que la nación ya está sufriendo consecuencias severas de la mala actuación gubernamental de la federación, al PAN le llegó el tiempo de culpar a otros.

PRUEBAS?
1.-    
2.- 
3.-

5.- ESPECIALMENTE ESTA, MUEVE A RISA. 
http://www.eluniversal.com.mx/notas/800207.html

 































POR LOS QUE SE FUERON...


En medio de la desesperación colectiva provocada en todo el país de manera ilógica por el gobierno federal mexicano a causa de su poco inteligente modo de intentar el desmantelamiento de la delincuencia mediante escenarios urbanos y rurales que lejos de cumplir con el utópico objetivo alteraron la paz y la tranquilidad de la ciudadanía en general, surgió un éxodo de mexicanos muy entendible, y que bajo la lente del análisis social, podría catalogarse como un acto de supervivencia. Veamos porqué.

Para quienes habitan la región fronteriza, es bien sabido que en un radio de 150 millas la economía de los condados norteamericanos vecinos a Tamaulipas se han visto beneficiados históricamente por el consumo de bienes y servicios que realizan los visitantes mexicanos.

Los “malls”, los hoteles, los restaurantes y sus gigantescos estacionamientos planeados desde finales de los 70’s para hacer cómoda la visita de los mexicanos durante los “puentes” y las temporadas vacacionales, ya no son suficientes, porque hay miles de ellos que ya se quedaron allá.

Las construcciones de vivienda conocidas en México como colonias y que en Texas reciben el nombre de Subdivisiones, han crecido de manera exponencial y la verdad es que hoy en día albergan a familias enteras de mexicanos de clase media alta y alta, que aun habiendo entrado legalmente, permanecen allá de manera ilegal debido a que regresar a su lugar de origen les provoca miedo. Esos, son los ricos.

Los jodidos, se quedaron. Esos no cuentan ni con la visa lasser tan siquiera para ir de compras. Esos tienen que masticar su orgullo y tragar saliva con bilis porque tienen que seguir lidiando con esa vida cotidiana que Felipe Calderón esconde hábilmente detrás de cada amenazante discurso triunfalista.

Rota que ha sido la diplomacia discursiva elemental que caracterizó a los presidentes mexicanos del siglo pasado que sabían reclamar con clase y sin sorna las asimetrías binacionales, los discursos de Felipe Calderón en Naciones Unidas y en Los Ángeles han colocado a la nación mexicana en un predicamento de pronóstico reservado.

Equivocado estuvo el asesor que le hizo los discursos al presidente de México sin prever que aun cuando la economía estadounidense se encuentre en situación de riesgo global, los analistas de la Casa Blanca y sus servicios de inteligencia -que allá si funcionan- aunque sea con el rabillo del ojo, siempre están vigilando que nadie se pase de listo y menos, que se mofe de las acciones gubernamentales, por equivocadas que estas sean.

A los fronterizos, lejos de hacerles gracia los desplantes retadores y burlones de Calderón en contra de los Estados Unidos, les confirma que no tiene idea de lo que significa vivir en la frontera norte.

Ignora que aún cuando los fronterizos cuenten con visa lasser, al cruzar viven la pesadilla de ser tratados de manera humillante en las casetas de revisión de documentos cuando las preguntas de los oficiales se tornan altivas e inapropiadas.

Ignora que los campesinos de la frontera tamaulipeca que viven más allá de la garita de revisión aduanal ubicada en el kilometro 22 de la carretera Reynosa-Victoria, estuvieron olvidados en el propósito de reubicar dicho puesto de revisión.

Pero quizás no todo sea ignorancia. Probablemente las fronteras no gozaron de la atención presidencial en esta administración federal, porque tienen gobiernos estatales y municipales que provienen del partido al que los panistas quieren desaparecer de la faz de la tierra.

Y no vayamos muy lejos, el director de la Comisión Nacional del Agua que ahora aparece acompañando a Cordero en todos sus mítines, dejó esperando a Reynosa 12 millones de pesos de pagos por daños al sistema de drenaje que se colapsó a causa del irresponsable manejo de los niveles de las presas por parte de la CNA, antes de que llegara el Huracán Charly en 2010.

Otra muestra de insensibilidad es que al inicio del año lectivo 2011-2012, le faltaban maestros en Reynosa y oh! sorpresa, el presidente de la republica anunció en su discurso del 2 de septiembre, que todo México tiene cobertura universal en educación primaria.

A final de cuentas, nuestro “error país” en este sexenio, fue la falta de una metodología incluyente, previsora y patriota para gobernar. Así de sintética es la apreciación ciudadana, que aunque parezca simplista, lleva una dosis de buena voluntad basada yo creo, en la esperanza de que a través de la elección de 2012, nos reencontremos con un gobierno federal que sí tome en consideración a las fronteras.

Porque todo indica que la peculiar configuración de las ciudades fronterizas es inédita para quien condujo un sexenio plagado de inexactitudes decisorias. Tarde es para recordarle que desde Tijuana hasta Matamoros, había mexicanos esperanzados en que se les tomara en cuenta.

Olvidadas que fueron las políticas públicas federales dirigidas a las zonas fronterizas, los que se fueron a vivir a Texas, no lo hicieron solamente por la inseguridad. En su aventura va implícita su vocación de comerciantes y consecuentemente la búsqueda de oportunidades que la federación lamentablemente no supo presentarles como eje de una estrategia económica nacionalista y sustentable.

Se acabó el sexenio y no hubo una autoridad federal que reuniera a los agentes aduanales con los transportistas, con la finalidad de perfeccionar la empobrecida logística fronteriza que a diario frena la optimización del tiempo; nadie con mando y autoridad suficiente en el gabinete federal ha notado que los empresarios fronterizos mexicanos pudieran obtener beneficios operativos sobresalientes si se impone una metodología sin conflictos viales en la zona de jurisdicción federal de los puentes internacionales.

Basta usarlos –me refiero a los puentes- para descubrir que no existe la más mínima intención de la federación por ofrecer un escenario digno en la entrada o en la salida del país; indigna ver cómo las mujeres que cruzan solas conduciendo un automóvil, son acosadas por decenas de malvivientes que con el pretexto de limpiar el vidrio de los autos, les exigen una dadiva.

No faltará un ultraderechista que alegue que es preferible que CAPUFE los tenga ahí reunidos y a cuota, a que anden por toda la ciudad haciendo averías, pero para quienes opinen así, hay una respuesta ya muy trillada que tiene que ver con el presidente del empleo, proveniente del PAN.

Al final, no queda otra que rezar por los que se fueron. Ojala algún día México les pueda ofrecer la paz que sus familias necesitan aquí en la frontera, de acá de este lado.

domingo, 11 de septiembre de 2011

MONTERREY EN 3D

La reciente visita del Dalai Lama a Monterrey tiene que ser analizada bajo una óptica 3D, veamos por qué.

Porque teniendo una efigie guadalupana en el seno del Rio Santa Catarina, miles de los regiomontanos que desde hace mucho tiempo han sido reflejo de la inclinación del pueblo de México al catolicismo, optaron por ir a escuchar la predicación de un budista.


Y es que la desesperación de los habitantes de la ciudad tradicionalmente considerada como cabecera industrial de la nación es mucha, a causa de las terribles consecuencias de una guerra que el presidente de la republica inició sin consentimiento de la sociedad bajo el pretexto de ir contra lo que inicialmente llamó el narco y hoy con mesura sigilosa denomina suavemente, “delincuencia organizada”.


En paralelismo con su liderazgo empresarial, la ciudad que alberga la universidad privada de mayor prestigio en América latina, el ITESM, ha dado ejemplo de estoicismo desde los 70’s cuando su estabilidad social se vio amenazada por movimientos de izquierda que inclusive, cobraron la vida del fundador del Tec de Monterrey, Eugenio Garza Sada.


Generadora de importantes contiendas políticas entre la derecha, el centro y la izquierda, la sultana del norte siempre se ha mantenido erguida en medio de los contrastes sociales reflejados paradójicamente en las altas bardas de las mansiones de la colonia Santa Bárbara y los techos de cartón del popular barrio del Topo Chico. Recordemos que Alberto Anaya, actual líder nacional del PT, surgió del movimiento denominado Tierra y Libertad.


Recipiendaria de la cohabitación partidista de sus gobiernos municipal y estatal, la ciudad de Monterrey ha demostrado que independientemente de la alternancia en el poder, su productividad y empleo pueden mantenerse con índices elevados, porque no es de las doctrinas partidistas de donde proviene su empuje, sino del espíritu colectivo de superación.


Compleja y difícil de entender, la política en Monterrey puede inclinarse hacia la cromática política que sea, sin que su gente deje de ser productiva y particularmente ejemplar en su interés de privilegiar la educación superior.


De ahí que desde el día en que dos estudiantes fueron abatidos en el seno del campus del ITESM, Monterrey ingresó al submundo creado por la mente que sin pedirle permiso a nadie, ordenó fuego en calles, carreteras y escuelas para que murieran indistintamente transgresores de la ley y gente de bien.


A partir de ese día, los regios han doblado sus rodillas hasta el cansancio, pidiendo según su fe cristiana, que regrese la calma y la tranquilidad, mediante oraciones, veladoras, derramando llanto frente a las tumbas de los inocentes, oficiando misas y colocando crespones negros en los sitios donde la ausencia de inteligencia acribilló inocentes.


Como si no hubiera sido suficiente su aportación de sangre inocente en las estadísticas nacionales que arrojan ya 50 mil muertos en cinco años de persecución irracional, hace unos días Monterrey perdió 52 vidas más a consecuencia de una cadena de anarquía administrativa que irrefutablemente se inició en la dirección de juegos y sorteos de la secretaría de gobernación y que terminó en una despiadada acción incendiaria.


A raíz de esta vergonzante ilación de discrecionalidad gubernamental, las calles de Monterrey tuvieron que recibir una vez más a un presidente de México.


Solo que esta ocasión, nadie le dijo al presidente en su cara el sentir de la iniciativa privada como en los 70’s lo hizo valientemente el Lic. Margáin Sozaya mirando de frente a Luis Echeverría en el Panteón del Carmen aquella tarde lluviosa durante el funeral de Don Eugenio.


En aquel severo discurso, los industriales de Monterrey dieron a conocer a voz en cuello, sus sentimientos y juicios valorativos de la gestión federal; hoy, Felipe Calderón se enteró del sentir de la Iniciativa Privada regia, por medio de la síntesis de prensa que a diario le llevan a su escritorio de Los Pinos, si es que la leyó.


Lo que siguió fueron veladoras con imágenes de santos y de vírgenes colocadas en la banqueta del lugar del incendio; en los cuatro puntos cardinales se ofrecían misas; las congregaciones evangélicas oraban; pero todo encuadrado mayormente, en la fe de Cristo, que desde siempre han profesado los regiomontanos.


Días después, quizás desesperados y confundidos ante la metamorfosis regresiva de belicismo, miles de regiomontanos recurrieron al Dalai Lama para escuchar su mensaje, buscando en el, satisfacer una necesidad espiritual.


Y mientras los regios abrían un canal emergente de comunicación espiritual hasta con el budismo, que dicho sea de paso, a diferencia del cristianismo, no acepta que el hombre haya sido creado por Dios, la elite gubernamental panista planeaba la ceremonia con la que reorganizaría el gabinete a fin de enfrentar las elecciones del 2012 con Cordero como candidato presidencial.


He ahí, que en las prioridades presidenciales no hay ni habrá espacio para promover la paz y la tranquilidad; para la derecha en el poder federal lo urgente es fabricar su impunidad transexenal.


Creíble o no, a estas alturas de insatisfacción ciudadana, los panistas ya deben estar conscientes que su errónea conducción del país ha trastocado al menos, tres dimensiones sustantivas de la vida nacional y Monterrey es un ejemplo claro de ello:


primera, la tranquilidad en sus calles, sus carreteras y sus centros de estudios;


segunda, el trabajo de sacerdotes católicos y pastores evangélicos que con asombro vieron cómo miles de sus feligreses y congregados, son orillados por las circunstancias sociales, a buscar ayuda espiritual hasta en la prédica de un budista;


y tercera, las relaciones diplomáticas, debido a que el gobierno de China solicitó oportunamente a México que no se llevara a cabo el encuentro entre Calderón y el Dalai Lama, advirtiendo que de hacerlo, se estarían afectando las relaciones entre ambos países.


Paz, fe y diplomacia, son las tres dimensiones de la vida nacional mas severamente dañadas en este sexenio.

jueves, 1 de septiembre de 2011

NO LE BUSQUEN MUCHO...

Corría el año de 1985 cuando empresarios mexicanos interesados en poner en funcionamiento un casino en Acapulco, salieron de las oficinas de Manuel Bartlett con cajas destempladas.


La decisión del gobierno de la republica había sido un rotundo no.


El proyecto ejecutivo fincaba con habilidad magistral, que lo que se buscaba era generar turismo y fomentar el empleo.


En aquellos días, el decoro republicano aun no daba el brinco al cinismo de hoy, debido a que la conciencia gubernamental guardaba en sí, una gran proporción de respeto a la soberanía y a los valores morales. La negativa argumentaba que la sociedad mexicana no podía ser expuesta a ese tipo de diversiones porque se abriría una puerta a la corrupción, a la prostitución, a la desintegración familiar e inclusive al suicidio como resultante de los resultados no esperados en los juegos de azar.


Que esperanza que en aquellos días hubiera rebatiña por cuatrimestres legislativos. Los consensos eran acuerdos entre caballeros enamorados de sus respectivas doctrinas, así de derecha, como de la izquierda y centro.


No había en aquellos días, funcionarios federales proclives al descaro de armar conferencias de prensa para que a “pregunta expresa” se auto incluyeran en la lista de los pre candidatos a la presidencia de la republica.


No había en aquellos días, quien se quejara de que el Hipódromo de las Américas funcionara ilegalmente, o quien maldijera a los palenques que cada año hacían su periplo estacional por todo el país visitando ferias regionales.


Para quienes maldicen el pasado pacifico del país, es necesario recordarles que en la secretaría de gobernación de los gobiernos priistas, no solamente se procuraba mantener al país en paz, sino que hacia el interior de la secretaria, había control.


Manuel Bartlett tenía control. Fernando Elías Calles, imponía mano férrea mientras Heriberto Batres y José María Morfín vigilaban que Rodolfo Martínez, jefe del departamento de juegos y sorteos llevara un registro puntual y preciso del calendario de ferias y eventos especiales.


En esa oficina se otorgaban los nombramientos a los interventores que daban fe de que se cumpliera con lo estipulado en los permisos. De hecho los supervisores de la secretaria llegaban a las ferias a “cerrar” palenques y casinos en las ferias, cuando establecían mesas de juego no autorizadas. Repito, había control.


En aquellos días, los permisos que se otorgaban para que algunas organizaciones altruistas efectuaran fiestas de beneficencia con mesas de juego idénticas a los de los casinos, se concedían mediante una serie de requisitos que llegaban a la exageración de nombrar un representante de la Secretaria, para que diera fe de que no se fuera a jugar dinero, sino que los ganadores en las mesas solamente recibieran premios en especie.


Estos eventos se hacían en centros sociales o en los domicilios de prominentes empresarios que profesaban el altruismo.


Por eso es que suena inconcebible que el actual Subsecretario de Gobernación aparezca en conferencia de prensa, para declarar sin ambages a casi una semana del asesinato del Casino Royale, que aun no sabe quién es el verdadero permisionario, ni quien operaba el lugar.


Con balbuceos que reflejaron ignorancia y prepotencia encubridora, el funcionario exhibió sin querer, la vergonzante realidad que se vive hoy en la secretaría de gobernación en materia de control.


Un control, que al desaparecer de las oficinas de gobernación, facilitó la discrecionalidad y particularmente en el caso de Monterrey, la corrupción que hoy se asoma hasta en el mercado de los quesos.


Es denigrante escuchar que el subsecretario encargado del control de los juegos y sorteos salga a decir que la relación de los 60 casinos que operan amparados es compleja por la existencia de contratos y de trámites, como queriendo causar lastima entre los ciudadanos porque su chamba es muy difícil.


Este penoso capítulo regio, es la corona de vergüenza y desdoro republicano en la función pública del gobierno de Felipe Calderón, quien con habilidad de supervivencia, tuvo que utilizar dos noticieros seguidos de Joaquín López Dóriga para tratar de convencer a los televidentes que la verdadera responsabilidad detrás de esta masacre no radica en haber iniciado una guerra sin el mas mínimo calculo de riesgos.


Y no le busquen mucho, el tema de los casinos le corresponde a la Secretaria de Gobernación y por lo tanto, es exclusivamente de jurisdicción federal. A Medina y a Larrazabal, los envolvieron con la tesis de la “coordinación de los tres niveles de gobierno” en a la lucha contra los delitos contra la salud y la delincuencia.


Pero si hubiera control en gobernación, ese casino no hubiera estado en funcionamiento, no hubiera estado obligado a comprar quesos y no hubiera habido incendio. No le busquen mucho.