Con capacidad de disfrutar su libertad de tránsito dentro de un cerco de información oficial que podríamos traducir como espionaje legalizado, tres tamaulipecos que se han destacado por su contribución a la política, quedaron expuestos a una tortura mediática proveniente de la mercadotecnia electoral derechista, con la que se pretende orillar a los votantes a que le exijan al PRI, que compruebe lo contrario de lo que la PGR dice, pero que no puede probar.
Con un boletín emitido por la institución que ha estado en manos del PAN desde 1994, estos para mí, destacados tamaulipecos, son exhibidos con verdades a medias, como presuntos culpables de un devenir circunstancial auspiciado precisamente, por la ausencia de inteligencia corporativa en las tareas de procuración de justicia federal.
Una cosa es que en la actualidad el presidente Calderón haya inculpado a los gobiernos estatales y municipales de falta de eficacia en las tareas de combate a los delitos contra la salud y otra muy distinta es que esa responsabilidad haya dejado de recaer constitucional y exclusivamente en la PGR.
Muy cómodo es ahora para el PAN acusar a los gobiernos priístas del pasado reciente de solapar los delitos contra la salud, mientras oculta por obvia conveniencia, una realidad inolvidable: los policías federales siempre fueron, son y serán, celosos de la jurisdicción que les corresponde y jamás admitieron intromisiones ni estatales ni municipales. No nos hagamos pendejos.
Sospechoso resulta entonces este enlodamiento de nombres tamaulipecos y más aún cuando los integrantes de las listas quedan sometidos legalmente a una vigilancia personalizada, precisamente cuando el país entero se encuentra en medio de un proceso de elección presidencial.
Será acaso que esta estrategia investigadora de la PGR camina en paralelo con el nivel de peligrosidad que la inteligencia de estos tres tamaulipecos representa en el escenario de confrontación electoral que se avecina?
Porque para propios y extraños, es evidente que Tamaulipas ha sido proveedor de hombres y mujeres que han hecho contribuciones positivas a la nación, desde las filas del Partido Revolucionario Institucional. Como muestra, el líder del Movimiento Territorial, es tamaulipeco; el Presidente de la Fundación Colosio, es tamaulipeco; el ex líder de la Confederación Nacional Campesina, es tamaulipeco; el Presidente de la Comisión Nacional de Justicia Partidaria, es tamaulipeco; y no existe alguna razón por la que se deba ocultar que Manuel Cavazos, Tomás Yarrington y Eugenio Hernández son en este instante, operadores políticos de primera línea en la estrategia priísta con mira a Los Pinos.
Ahora bien, no dudo que haya panistas en Tamaulipas que estén aplaudiendo esta medida, porque me consta que lamentablemente hay muchos hijos de priístas que inclusive se beneficiaron con la educación gratuita que generaron los gobiernos del PRI, que ya se les olvidó su origen y hasta el pasado pacífico.
Para mí, el hecho de que la Procuraduría General de la Republica haya puesto en alerta a los cuerpos de seguridad del país para evitar que los tres ex gobernadores de Tamaulipas que gobernaron de 1993 al 2010, puedan salir del país, es ofensivo.
No habrá alguien en la PGR que recuerde que desde que inició el gobierno de Ernesto Zedillo los panistas, se encuentran al mando en la procuración de justicia federal?
Y si lo hay, como debe haberlo, cómo se explica que hasta ahora se ventile con ínfulas de suficiencia mediática un tema que lleva tanto tiempo en el tintero de la historia nacional?
En mi opinión, este no es asunto de justicia, sino de estrategia electoral armado al más puro estilo del “Michoacanazo” y podría asegurar que nuevamente, como en 2009, en medio de la contienda electoral, este asunto subirá de tono a la par del escándalo que ya están fraguando con la influenza A-N1H1.
Este insulto a la inteligencia ciudadana que bien podría bautizarse como “TamauliPRIazo” no busca evitar la evasión de tres tigres tamaulipecos, sino que busca confundir al electorado, inmovilizar psicológicamente al PRI y mermar fuerza política a los equipos de trabajo de Manuel Cavazos Lerma, Tomas Yarrington Rubalcaba y Eugenio Hernández Flores.
Ahora que, si como dice el boletín en cuestión, los referentes que fundan y motivan esta acción datan de 1993, significa que a Juan Molinar Horcasitas lo van a empezar a perseguir hasta dentro de 19 años por el asunto de la guardería ABC?
Mantengo mi postura personal de que la derecha en el poder hará uso de ésta y muchas otras más de sus patrañas mediáticas, incluyendo los spots que alteran la realidad nacional, con tal de mantenerse en Los Pinos.
Y suponiendo que hubiera pruebas fehacientes de los hechos que se mencionan y se les imputan a los exgobernadores, podríamos decir que la PGR está actuando con negligencia, al dar aviso de que va a girar oficios al personal de migración, de la Policía Federal y de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes para que estén alerta en aeropuertos, terminales de autobuses u otro medio de transporte que pueda permitir la salida de los ex mandatarios estatales.
Tan temerario es no procurar la justicia debidamente, como pretender enjaular las libertades en un marco mediático, con fines electorales.
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